Hay lugares que parecen sacados de un cuento, y el Molino del Manto, en Chinchón, es uno de ellos. María & David no pudieron elegir un escenario más especial para su gran día: una finca rodeada de naturaleza, con rincones que parecían diseñados para vivir un momento tan mágico como este.
Desde los preparativos, todo tuvo un aire sereno y natural. El sonido del agua de la fuente, el aroma de los jazmines y rosales, la sombra de los olivos y frutales… Cada rincón de esta finca del siglo XVIII tenía su propio encanto. Y entre palmeras, praderas y una pequeña cascada, María y David se preparaban para uno de los momentos más importantes de sus vidas.
La ceremonia fue tan bonita como el lugar que la acogía: íntima, emotiva y rodeada de un paisaje que lo hacía todo aún más especial. Y luego, entre risas y abrazos, llegó la celebración. El jardín iluminado al atardecer, el ambiente relajado y la alegría de todos los que les acompañaban hicieron que la boda se sintiera como un sueño hecho realidad.
Aquí te dejamos algunos de esos instantes irrepetibles. Si estás buscando un fotógrafo de bodas que sepa capturar la magia de cada lugar y la emoción de cada historia, nos encantará formar parte de la tuya. ¡Hablemos!